sábado, 28 de agosto de 2010


















CARDENAL  BANDERA  ALEMANA
(Paroaria gularis nigrogenis)

El nombre que porta en Venezuela esta llamativa ave, es decir, Cardenal bandera alemana, resulta hoy en día inadecuado por partida doble, ya que no se trata de un Cardenal verdadero ni sus colores son los de la actual bandera de Alemania.


El llamado Cardenal bandera alemana era conocido a finales del siglo XIX y comienzos del XX con el nombre de Mantequero. Cabría al respecto mencionar en particular el Byrsonima crassifolia, «árbol de tamaño pequeño a mediano, de forma achaparrada y de tronco más o menos torcido» cuyos pequeños frutos amarillos, «con un olor característico de chinche… son apetecidos por muchos animales silvestres» (Hoyos, 1987 [1983], p. 218), entre los cuales no sería de extrañar que se encontrase el ave conocida hoy con el apelativo que parece ya desatinado de Cardenal bandera alemana, llamada popularmente Mantequero en los tiempos de los citados Alamo y Alvarado, nombre con el cual lo que se significaba no era, por tanto, que el ave comiese manteca sino que era asidua del árbolito llamado Manteco, Chaparro manteco o Manteco sabanero.

En la foto de arriba el árbol Manteco y en la de abajo su fruto amarillo que le dieran al Paroaria gularis su antiguo nombre común de Mantequero.


Es curioso preguntarse cómo se pudo pasar de una denominación a la otra. La respuesta a ello requiere previamente, como se comprobará después, de la descripción del ave, en especial de los colores de su plumaje, que son de un rojo encendido en la cabeza y algo apagado en la garganta, con una especie de cinta o banda negra en las mejillas, color que luce también en el dorso, alas y cola incluidas, en tanto que por debajo es de un blanco níveo.

Evidentemente tales colores no son los mismos de la bandera alemana actual, que si bien comprende dos franjas horizontales de negro y rojo, la tercera no es blanca sino amarilla dorado. En épocas anteriores, sin embargo, los alemanes sí tuvieron durante varios períodos banderas con los colores que porta nuestro pajarito, comenzando con la que identificaba a la Confederación de Alemania del Norte (1867-1871) liderada por Prusia, cuya enseña con el tricolor negro, blanco y rojo fue mantenida por su sucesor, el Imperio Alemán, instaurado en 1871 bajo la égida del Káiser Guillermo I. Su sucesor fue su hijo Federico III, quien asumió en marzo de 1888, pero murió intempestivamente de cáncer en junio de ese mismo año, dando paso a su hijo Guillermo II, Emperador de Alemania y Rey de Prusia hasta 1918. En este año, como una de las consecuencias de la derrota sufrida por Alemania durante la primera guerra mundial, se instauró la República, la cual adoptó como bandera nacional el tricolor negro, rojo y amarillo dorado utilizado antes de 1867, si bien desde 1922 fue reintroducida la del Imperio para uso de las representaciones diplomáticas de Alemania en el exterior (Wikipedia, 2009).


Contemporáneo del Káiser Guillermo II (1859-1941) fue Juan Vicente Gómez (1857-1935), quien además era un gran admirador del Imperio Alemán. Ello explica por qué a partir de 1908, una vez que el taimado general desfenestrara a su compadre Cipriano Castro haciéndose con la presidencia de Venezuela, se puso por algún tiempo de moda la germanofilia, es decir, el gusto por lo que fuera alemán, del mismo modo que en la segunda mitad del siglo XIX, con Guzmán Blanco, estuvo en boga la francofilia, lamentablemente en muchos casos en desmedro de los valores y tradiciones que conforman nuestra raíces nacionales. Podríamos colegir, por tanto, que ese ambiente se prestaba sin duda a que los aduladores, para congraciarse con el nuevo amo del poder, propiciaran el uso del nombre de Cardenal bandera alemana para el pajarito que, sin tener la menor noción de ello, portaba con tanto donaire los colores del Imperio Alemán tan bienamado por el dictador.
Años después Eduardo Röhl diría, en el párrafo dedicado al «Bandera alemana (Coccopsis gularis)» incluido en su libro sobre la Fauna descriptiva de Venezuela, que «el vulgo le ha dado este nombre por el parecido de los contrastables colores de su plumaje, con los usados en la bandera de Alemania» (Röhl, 1956 [1942], p. 359), la cual por entonces ya había dejado de ser la del Imperio de Guillermo II, pues en 1935 había sido sustituida, para vergüenza de nuestro pajarito, por el mucho más oprobioso estandarte del nefando partido nazi, diseñado por el autoproclamado Führer del III Reich, el excecrable Adolfo Hitler, quien lo impuso como bandera del Estado alemán. Como es sabido, la temible bandera consistía de una esvástica o cruz gamada negra dentro de un círculo blanco colocado en fondo rojo, siendo ésta la última vez que Alemania tuvo una enseña con tales colores (Wikipedia, 2007a).

En cuanto al primer componente del nombre, el parecido mencionado por Lisandro Alvarado del Bandera alemana con el Cardenal coriano no es muy obvio, no sólo porque el primero es más pequeño y carece de la gran cresta y, sobre todo, del notoriamente grueso pico del Cardenal coriano, sino también por otros caracteres que no se ven fácilmente y que, en definitiva, son puestos en evidencia por los estudios genéticos, tan en boga en la Ornitología actual. Ha resultado así que el parentesco de los Paroaria con el Cardenal coriano (Cardinalis phoeniceus), hermoso pájaro endémico rojo ubicado actualmente en la familia Cardinalidae que agrupa, como es de suponer, a los cardenales verdaderos y a los llamados picogordos, tiende a ser más bien lejano, (South American Classification Committee, 2009, Part 11).



Ahora bien, habiendo dejado de portar nuestro actual Paroaria gularis desde hace mucho los colores de la bandera alemana y estando lejos de ser, no digamos que un cardenal verdadero, sino incluso siquiera un pariente más o menos próximo a ellos, parecería que aquí habría un buen caso para ser sometido a la consideración del comité recién creado en el I Congreso Venezolano de Ornitología que tiene la responsabilidad de compilar y, en su caso, de revisar los nombres comunes de las aves de Venezuela, para cuya eventualidad sugiero desde ya regresarle, si no hay una propuesta mejor, su apelativo tradicional de Mantequero.

Nótese cómo el plumaje negro llega hasta la nuca, continuando luego el plumaje rojo, de modo que el blanco forma un collar incompleto por detrás


Pero hay más, ya que en este pajarito nada suele ser lo que parece. Sucede que las poblaciones de Bandera alemana presentes en Venezuela al norte del Orinoco, en Trinidad y en el centroeste de Colombia, son considerados como una subespecie dentro de la especie Paroaria gularis, la cual tiene una distribución más amplia ya que abarca adicionalmente Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Guayana Francesa, Suriname y Guyana (InfoNatura, 2007).

Lo anterior viene a colación en razón de que estas diferencias y otras más hicieron que en el pasado nuestra subespecie fuera considerada como una especie aparte, con el nombre científico de Paroaria nigrigenis que, como vimos, fue utilizado por Alamo en 1911 y Alvarado en 1929, habiendo actualmente quienes están a favor de regresar a esa separación, como Robin Restall, Clemencia Rodner y Miguel Lentino, quienes adujeron en 2006 para ello «los resultados del ADN presentados en una tesis doctoral inédita», además de la «falta de evidencia de hibridación» en el extremo sur de Venezuela entre las actuales subespecies venezolana y brasileña (Restall et al, 2007 [2006, V. 1, p. 283). Hasta ahora, sin embargo, no se ha presentado ninguna propuesta formal al respecto en el Comité de Clasificación Suramericano de la AOU.

Mientras tanto el alegre Bandera alemana / Mantequero sigue retozando por allí, especialmente en lugares donde hay agua cerca, incluidos los manglares de la boca del Capaya en Barlovento, buscando insectos y otros artrópodos entre las hojas lo mismo que frutas y otros alimentos. En sus incursiones no teme hacerse presente en lugares habitados por la gente, e incluso puede llegar en «grupos numerosos» cuando es atraido mediante alimentadores artificiales, actitud temeraria que ha facilitado su captura para venderlo como ave de jaula, sólo por su bello plumaje y porte, posee un solo tipo de canto no acostumbra cantar mucho si no en épocas de frio y lluvia, de resto su fraseo es un monótono chuí chuí muy poco.

Para concluir, agreguemos que los adultos de ambos sexos son iguales, en tanto que los juveniles e inmaduros presentan, según se puede ver en la foto siguiente, una coloración marrón claro que sigue los contornos de las zonas rojas y negras del adulto, mientras que la parte inferior es blanco cremoso. Es usual verlos en grupos familiares compuestos por adultos y juveniles en alegre movimiento, lo cual facilita la identificación de estos últimos.


Aca dejo unas fotos que consegui de un Cardenal Bandera Alemana, con sus pichones..